Sentenciar con perspectiva de Género

La Plata, 19/08/20.- La directora de Vinculación, Gestión y Planificación de Políticas Institucionales del SPB, Valeria Sampayo, participó de una jornada especial sobre “Sentenciar con perspectiva de Género como compromiso ético en las relaciones de familia de hoy”.

 

El seminario estuvo a cargo de la Fundación de Estudios para la Justicia (FUNDEJUS), entidad constituida para contribuir al mejoramiento, racionalización y modernización del servicio de Justicia, y para responder a criterios de igualdad, eficiencia, celeridad, inmediación, publicidad, seguridad jurídica y justicia social, en conjunto con la Facultad de Derecho de la UBA.

El encuentro tuvo como disertante a Marisa Herrera, doctora en Derecho, profesora titular en la Universidad de Buenos Aires e Investigadora del CONICET, y propuesta por el gobierno argentino como experta independiente para integrar el Comité de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw).

Juzgar con perspectiva de género envuelve un esfuerzo intelectual por comprender la complejidad social, cultural y política que coexiste entre mujeres y hombres para concebir allí los contextos de dominación de un género sobre otro, fundados en una relación de desigualdad. Por ello, es esencial considerar el contexto de los sujetos involucrados y de la biografía familiar, pues es concluyente en el examen de las relaciones genéricas que la forman. De este modo, se podrán vislumbrar herramientas para percibir adecuadamente el conflicto y descubrir escenarios de violencia que se hallen ocultos.

Desde el punto de vista normativo y jurisprudencial, ha sido valioso el progreso hacia la igualdad entre mujeres y varones que ha experimentado el Estado argentino. El territorio nacional ha ocupado un gran compromiso con los derechos de género al ratificar numerosos instrumentos internacionales.

La incorporación de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer da a conocer que “nuestro país se compromete a adoptar, en forma progresiva, medidas específicas, inclusive programas para modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, incluyendo el diseño de programas de educación formales y no formales apropiados a todo nivel del proceso educativo, para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo otro tipo de prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los géneros o en los papeles estereotipados para el hombre y la mujer, que legitiman o exacerban la violencia contra la mujer; fomentar la educación y capacitación del personal en la administración de justicia, policial y demás funcionarios encargados de la aplicación de la ley, así como del personal a cuyo cargo esté la aplicación de las políticas de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer”.

No obstante, los progresos destacados, la realidad manifiesta que la mujer continúa expuesta a un contexto de gran vulnerabilidad por razón de género; por ello se debe de asumir esta problemática desde la complejidad, concibiendo que es un fenómeno estructural al entramado social y que, como tal, es transversal en todos los espacios de interacción intersubjetiva.

 

Información adicional