“Tierra fértil”: internos de la Unidad 56 comienzan una huerta orgánica

Virrey del Pino, 01/10/20.-  En el marco de las acciones tratamentales y ecológicas que se desarrollan en todo el ámbito penitenciario, en la Unidad 56 empezaron a trabajar en el desarrollo de una huerta orgánica.

 

La iniciativa tiene un doble objetivo  que apunta a la formación de las personas privadas de la libertad para que aprendan esta labor para su futura inserción social, y además tiene un fin autosustentable dado que la producción de la misma será destinada al consumo de los internos y el personal penitenciario.

Esta actividad es una capacitación no formal, que cuenta con el aval de la Dirección de Promoción e Inclusión Sociolaboral, en la que participan un total de 20 internos, los cuales se organizan en  5 grupos distintos a fin de cumplir con las medidas de bioseguridad vigentes por la pandemia de covid 19. El espacio designado para la instalación de la huerta cuenta con una superficie de 8 metros por 15 metros, con disponibilidad de luz solar, se encuentra aledaño al sector talleres y el modulo número seis, y  en él se cultivarán plantas aromáticas, hortalizas y frutales.

Actualmente, la huerta está en plena etapa de preparación de la tierra y se está capacitando a los participantes en el conocimiento sobre sembrado y cuidado de la semilla. Las semillas que se plantarán son una variedad de especias, tomates cherry, repollo, espinacas, entre otras y enriquecerá el menú actual de los internos y penitenciarios, haciéndolo más saludable y natural.

La idea de esta experiencia transformadora surgió por iniciativa de los propios internos que manifestaron su inquietud a través de la mesa de diálogo, ya que habían tenido una experiencia positiva con huerta previamente.  A partir de allí y para enriquecer el espacio tratamental, el oficial Ariel Galian gestionó el proyecto bajo el nombre “Tierra Fértil”, con el respaldo de la Directora de Unidad Paola Lorena Banegas, estando a cargo de las clases el suboficial José Rodriguez, junto al coordinador de Oficios y Profesiones, Juan Zini.

Los beneficios de una huerta en contexto de encierro son múltiples. En lo productivo ayuda a la mejora de la nutrición, aportando productos frescos, sanos, que permiten un mejor equilibrio de la dieta de las personas que los consumen. Asimismo son un reaseguro para la inocuidad de los alimentos que ingieren, dando seguridad alimentaria.

También en el proceso de enseñanza /aprendizaje que se establece entre el profesional y los participantes de los talleres de la huerta orgánica, se produce un intercambio de saberes que potencian los conocimientos, habilidades y experiencias de los participantes, enriqueciendo de manera permanente la posibilidad de aprender haciendo. Otro aspecto importante desde el punto de vista de formadores, es la posibilidad de aportar conocimientos nuevos a personas que anteriormente no poseían la posibilidad de desarrollar actividades relacionadas al trabajo con la tierra.El hecho de realizar todo el proceso productivo desde la preparación del suelo, la identificación de la semillas, el manejo del agua para alimentar los cultivos, el control biológico de las plagas que se manifiestan durante la etapa productiva hasta la cosecha, hace de esta experiencia un elemento enriquecedor y transformador para el cuerpo y el espíritu de aquellas personas que transitoriamente se encuentran privadas de su libertad.

Banegas expresó su entusiasmo sobre esta experiencia inédita en la Unidad. “Permitirá a los privados de su libertad experimentar el cultivo de hortalizas con sus propias manos y de esta manera didáctica enseñarles hábitos de vida saludables, como lo son una alimentación sana y equilibrada”. 

SM/RG

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