Cómo adaptaron su rutina los hijos de hasta 4 años que viven con sus madres en contexto de encierro

La Plata, 16/06/20.- Los hijos de hasta cuatro años que viven junto a sus madres privadas de libertad en las Unidades 33 Los Hornos y 54 Florencio Varela han adaptado sus rutinas ante la pandemia por el Covid-19 con talleres de estimulación a distancia que incluyen juegos y canciones enviados por docentes de instituciones externas, mientras que sus progenitoras reciben charlas de contención.

 

Dentro del plan de contingencia elaborado para hacer frente al Coronavirus y evitar su ingreso a las cárceles, desde el Servicio Penitenciario Bonaerense se dispuso la suspensión de las visitas y una doble desinfección a las mercaderías que envían los familiares de las detenidas.

En ese marco, los 21 niños de hasta cuatro años que viven en la Unidad 33 y los tres que lo hacen en la Unidad 54 ya no pueden asistir a los Jardines Maternales o de Infantes, ni pueden acceder a salidas recreativas como solían disfrutar hasta mediados de marzo pasado.

Ante esta situación, la Directora de Niñez en Contexto de Encierro del SPB, Andrea Bartolomé explicó que “con la pandemia apareció un escenario distinto para los nenes. Casi todo el contexto se  modificó: las agentes penitenciarias usan tapabocas todo el tiempo, no pueden salir del pabellón en el cual viven, y sumado a esto la condición de mayor preocupación en las mamás, y la ansiedad ante alguna modificación de su condición judicial”.

Bartolomé indicó que “frente a este escenario, asumimos la responsabilidad y el compromiso de pensar en diversas maneras para que los niños puedan continuar con sus actividades, tan necesarias para el desarrollo integral y darles la contención y el apoyo emocional que requieren”.

La funcionaria señaló que se desplegó una serie de propuestas con el desarrollo de actividades para los niños para generar una rutina diaria. 

Desde la ONG Crear, se acercaron cuadernillos semanales de estimulación, con juegos y videos donde las maestras cantan e invitan a jugar a los chiquitos. Y desde la ONG PRASAM se ofrece a las mamás, la realización de tareas creativas, con el fin de continuar fortaleciendo los derechos de sus hijos. 

 “Hemos implementados espacios de contención y escucha para las mamás, para compartir con ellas todas las inquietudes sobre la situación general de la pandemia, y sobre la importancia que  sean receptivas a las preguntas que los niños  puedan hacer, y que van a aparecer”, agregóBartolomé, quien valoró el aporte que hacen “los superhéroes”, quienes también mandan videos para los hijos de las privadas de la libertad.

Además, se entregan actividades y cuadernillos a cada niño adecuadas al contexto de encierro en una iniciativa que fue gestionada por la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. 

Bartolomé explicó que “cada uno desde su lugar, y en lo que respecta desde mi función específica, junto con mi equipo tenemos la responsabilidad de generar recursos para los niños alojados en nuestras cárceles, y ofrecer herramientas  para acompañar esta  situación social inesperada, traumática de por sí, conteniéndolos emocionalmente, teniendo siempre presente que  somos participes en su crecimiento”.

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