Una hija de desaparecidos y actual legisladora repasó su historia en tres cárceles bonaerenses

La Plata, 27/03/21.- Personas privadas de su libertad jóvenes adultas que se encuentran en tres cárceles bonaerenses participaron hoy de un encuentro virtual con la hija de desaparecidos y diputada de CABA por el Frente de Todos, Victoria Montenegro, a 45 años del golpe militar de 1976, y en el marco del acuerdo rubricado entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia y el Centro de Ana Frank Argentina (CAFA).

 

En una jornada que se llevó a cabo por la plataforma Zoom, internos de las Unidades 1 (Olmos), 4 (Bahía Blanca) y 9 (La Plata) compartieron la historia cargada de resiliencia de la descendiente de las víctimas del terrorismo de Estado, Hilda Ramona Torres y Roque Orlando Montenegro.

Victoria Montenegro fue apropiada en 1976 por uno de los militares que dirigió la operación que buscó y provocó la desaparición de sus padres. "Fui llevada con tan solo tres meses y fui apropiada por el Coronel Germán Tetzlaff. Siempre me enseñaron que el país vivió en guerra para poder encontrar la paz y que no existían los desaparecidos. (…) Creí que mi papá era el bueno y que todos los demás eran los malos”, recordó la activista por los derechos humanos. 

Luego, la mujer contó: “Crecí en los cuarteles con una violencia naturalizada. Mi apropiadora ejercía sobre mí una gran violencia física. Y cuando me casé, a los 16, y tuve hijos, me propuse criarlos de otra manera, y gracias a mi familia pude acercarme a la verdad”. 

Montenegro refirió que ella es “una de los 130 nietos encontrados por las Abuelas de Plaza de Mayo” y, también, reconoció que le costó muchísimo acercarse a la historia de su familia biológica. “Tardé siete años en decir mi nombre verdadero, porque no podía incorporar a mi mamá y a mi papá”, recordó Victoria, bautizada por sus apropiadores como María Sol Tetzlaff

Los internos se mostraron sumamente conmovidos por el testimonio y algunos, incluso, se animaron a agradecerle por medio de sus dispositivos electrónicos. Martín, de la Unidad 1 Olmos, contó que era un relato que lo tocaba muy de cerca, porque su papá estuvo preso en un centro clandestino de detención. “Es un tema muy interesante para nosotros, porque había algunos chicos que no lo conocían. En estos días, lo estuvimos viendo y pensamos mucho en el calvario que se vivió. Creemos que es muy importante aprender para poder tomar conciencia, sobre todo, entre los jóvenes, para que nunca más se repita”. 

En tanto, el director del Centro de Ana Frank Argentina (CAFA), Héctor Shalom, repudió “a los militares que destruyeron al país” y repasó algunos conceptos que se deben comprender para entender lo que significaron esos años de oscuridad para la Argentina. En ese sentido, el licenciado en Psicología habló de los desaparecidos; de la apropiación de bebés; de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; de los juicios de lesa humanidad, y del trabajo de HIJOS y de otros organismos de DD.HH. 

En última instancia, en representación del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), la directora de Vinculación, Gestión y Planificación de Políticas Institucionales, Valeria Sampayo, destacó la actividad e invitó a Montenegro a sumarse a la campaña nacional “Plantamos Memoria” para sembrar una especie autóctona en alguna de las cárceles de la Provincia en pos de “recordar a los y las 30.000 detenidos desaparecidos y detenidas desaparecidas”.

La experiencia formó parte del Proyecto que lleva adelante el Centro Ana Frank Argentina, conjuntamente con la Embajada  de los Países Bajos,  la Dirección de Vinculación, Gestión y Planificación de Políticas Institucionales, y la Dirección de Jóvenes Adultos de la Dirección General de Asistencia y Tratamiento del Servicio Penitenciario Bonaerense.

MTD/GB

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