“El arte no pide permiso” en la Unidad 56: cierre del segundo taller literario

Virrey del Pino, 02/07/21.-  En una jornada virtual, se realizó el cierre del segundo taller literario en la Unidad 56 con la participación de funcionarios judiciales, del Ministerio de Justicia y DDHH, autoridades penitenciarias e internos.

 

El acto contó con la presencia online del subsecretario de Políticas Penitenciarias de Inclusión Diego Rao, la asesora del Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia Julia Lescano, el juez del Tribunal Criminal 7 de Lomas de Zamora Roberto Conti, la jefa del Departamento de Cultura de la Dirección de Cultura y Deporte del SPB Gabriela Ríos y el Capellán General del SPB Carlos Pont.

En el Salón cultural “Liberarte”, inaugurado oportunamente en la mencionada Unidad, se reunieron con un grupo de 15 internos el Jefe del Complejo Conurbano Suroeste Ariel Gómez, la Directora de Unidad Paola Banegas, el Jefe de Vigilancia y Tratamiento Ariel Galian y el Jefe de Talleres Nicolás González  para recibir a los funcionarios en forma virtual, respetando los protocolos dispuestos para la prevención del Covid 19, y presentarles las producciones realizadas a partir de las experiencias vividas en el mencionado taller.

Se inicia el mismo, proyectando un video institucional resumiendo las actividades realizadas desde Febrero a la fecha 2021 los cuales muestran la implementación del culto católico apostólico romano, el trabajo final del curso de herrería con la construcción de una capilla ardiente con unas medidas de 1 metro de ancho por 2.80 de alto, donde será colocada la Virgen del Carmen donada por la Capellanía general de S.P.B a cargo del padre, las charlas literarias realizadas a pabellón abierto para una cantidad de 80 internos aprox que participaron, entre otras actividades.  

Luego el interno Sergio, uno de los alumnos del taller literario expuso las razones por la cual fue seleccionado el título elegido “El arte no pide permiso” “la importancia sobre el ingreso de la cultura en contexto de encierro para las personas privadas de su libertad, ya que convierte esas decenas de horas muertas en una vía creativa disparadora de expresión corporales y mentales como una forma de auto regeneración y auto curación. Es una terapia que estando bien aplicada ayuda a recuperar la autoestima, como una suerte de tele transportación que saca a cualquiera del encierro mental y físico. Logrando comprender que la cárcel, si tiene salida, y es paradójico que algunos la hayamos encontrado aquí adentro. No se me ocurre más extraordinaria justificación para el acto artístico”, concluyó.

Seguidamente los internos Matías, Antonio y Ricardo comentaron su experiencia personal sobre el haber trabajado con la Divina Comedia, de Dante Alighieri la cual es una obra extensa que en el taller literario para su compresión e interpretación llevó una duración de 3 meses dividido en clases semanales de 2 horas de duración. La misma sirvió como disparador para reactualizarla en estos tiempos de pandemia, lo que devino en una obra artística simbolizando ambas temáticas (Infierno, Purgatorio y Paraíso). Esta obra emblemática los impulsó a meditar lo pequeño que somos ante la naturaleza, el valor humano por sobre lo material, la pérdida de seres queridos sin sentido, entre otros temas.

Como cierre de la exposición se expuso el mural simbólico Covid-19 en el Salón Cultural “Liberarte”, utilizando como paño una madera de 3.80 metros de alto por 2.40 metros de ancho pintado por los internos Marcelo y Cristian que les llevó 150 horas de trabajo en total. A modo explicativo,  el mural en su parte inferior refleja el fuego y el surgimiento del virus; en el centro el mismo mundo con una figura representativa de un personal de salud lamentándose, junto a máscaras, jeringas y el virus latente por todas partes sofocando al hombre; y finalmente en el plano superior dos alas, simbolizando la paz y almas puras levitando sobre ellas.

Finalmente la Directora Paola Banegas expresó que “desde diversos lenguajes artísticos y siempre con una perspectiva de género, el arte en contexto de encierro se convierte en una experiencia vital de esperanza, solidaridad, libertad, que favorecen al crecimiento individual y colectivo. El arte es una herramienta real de transformación social, adquiriendo nuevos valores y conocimientos, desarrollando intereses, perspectivas, actitudes y capacidades que luego serán de utilidad en el proceso de integración social con la comunidad”.-

SM/RG

 

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