La rugbier Felicitas Cabañas compartió una charla con internos en la Unidad 2

Sierra Chica, 11/11/22.- Continuando con las actividades deportivas destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas privadas de la libertad, el rugby es parte de las herramientas que los profesores de educación física de la Unidad 2 de Sierra Chica llevan adelante diariamente con los detenidos.

 

Los miércoles cuentan con un taller a modo de espacio de expresión y reflexión donde al menos una vez al mes reciben la visita de gente de la ciudad ligada al rugby. Días pasados fue el turno de Felicitas Cabañas, jugadora de Biguá Rugby Club de Mar del Plata y estudiante del Profesorado en Educación Física en el ISFD Nº 47.

“La intención de recibir gente que ama este deporte y que está vinculada a él, es que los internos que lo practican en la Unidad puedan escuchar sus experiencias y que vean que lo que hacen acá adentro son vivencias similares a las de los jugadores en el club de afuera. Cuando no tenemos estas visitas, generamos espacios de reflexión con la Lic. en Psicología Alejandra De Lazzer que es parte del Centro de Acceso a la Justicia Social en la Unidad 2”, comentó el profesor Santiago Casey, impulsor del rugby en la cárcel de máxima seguridad de Sierra Chica.

Con un auditorio de alrededor de treinta internos y la presencia de los subdirectores de las áreas de Asistencia y Tratamiento, Seguridad y Administración, Juan Navarro, Mario Ramírez y Guadalupe Díaz respectivamente, Felicitas contó que comenzó a jugar al rugby a los 16 años en el club Estudiantes de Olavarría donde lo practicó por dos años cuando se disolvió la actividad, luego jugó en Ferro durante casi seis años y también se disgregó. “El rugby te permite conocer gente de todos lados, eso es lo lindo que tiene el deporte, haces amigos de todos lados. Por esos contactos llegué a Azul Rugby donde jugué por cuatro años y antes también hice un paso por un club en Bahía Blanca. Ya hace doce años que me dedico al rugby como entrenadora y como jugadora en diferentes categorías”, mencionó la deportista.

En la actualidad, la jugadora está fichada en el club marplatense Biguá, “probé este año en Mar del Plata y me encantó, cumplí toda la temporada, viajé muchísimo a competir en un nivel muy lindo. Clasificamos al regional pampeano donde el nivel es mucho mayor y sumé experiencia con las chicas, tratando ayudarlas y lograr que cada vez seamos más jugando”.

La intención de estos intercambios con personas que comparten con los internos la práctica y la pasión por este deporte es rescatar sus experiencias de vida y en este caso en particular a visión de la mujer. 

“Siempre tratamos de que en la cancha seamos todos iguales, lo que aprendemos en la cancha lo aprendemos para la vida, nosotros decimos que el rugby es una escuela de vida, porque lo que aprendemos ahí lo llevamos a la sociedad, a la familia, al trabajo, al estudio. Trato de ser el mejor jugador y si un rival esta tirado en el piso le puedo dar una mano, lo levanto y ya está, o lo esquivo y no lo lastimo. Afuera de la cancha es lo mismo, y muchas veces nos olvidamos de estas cosas, pero siempre es bueno cuando podemos hacer una pausa y tratar de reflexionar esto”, analizó Cabañas con los internos.

También habló sobre el aprovechamiento de las oportunidades en el deporte y fuera de él “es importante que aprendamos a decir sí y sacar el no de la cabeza, a veces tenemos muchas trabas, por miedo o por el qué dirán, decimos no a tal cosa. A veces por decir que no te perdés un montón de oportunidades que tal vez las vas a tener una sola vez en tu vida, deben aprovecharlas. Eso lo aprendí con el deporte, a darse la oportunidad uno mismo”.

Los internos escucharon con atención, también intercambiaron experiencias sobre la actividad y compartieron un distendido refrigerio con la rugbier. 

GP/MM

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