Encuentro de rugby en la U.2
Sierra Chica, 20/02/14. El Rugby, es una herramienta importante en el tratamiento penitenciario con los internos alojados en las cárceles de la provincia, buscando que puedan adquirir el hábito de sujetarse a normas y pongan en práctica durante la vida cotidiana los valores que el deporte exige.
Con la gestión del área de deportes de las Unidad 2 y 15 a través de las Jefaturas de los Complejos Centro, Alejandro Bassi Soto, Complejo Este, Isidoro Irrazabal, y del Coordinador de Deportes del Complejo Centro Profesor Javier Turchi, se llevo a cabo un encuentro deportivo amistoso en la cárcel de máxima seguridad de Sierra Chica el Sábado próximo pasado (22/02) desde las 15 y hasta las 18.30 hs.
Participaron de este evento alrededor de setenta internos alojados en las Unidades 2 de Sierra Chica, 15 de Batan, 45 de Melchor Romero, y un equipo conformado por jugadores federados de Olavarría que participan habitualmente en los Torneos de la Unión de Rugby del Centro.
Los Internos de Batan se incorporaron en 2009 al programa del Rugby como herramienta de trabajo penitenciario, mientras que en la Unidades 2 y 45 comenzaron a hacia fines del año 2012, con el objetivo esencial de sus instructores de colaborar en la reeducación y resocialización de personas detenidas a través de la enseñanza del Rugby y sus valores.
Para la incorporación de internos a este proyecto, no se hace discriminación de ninguna naturaleza, ya sea delito cometido, peligrosidad, conducta, adicciones, cuestiones que los entrenadores ignoran. El único requerimiento, es que bajo acta los detenidos acepten previamente el código de conducta del programa, que va más allá de las reglas que generalmente tienen los internos de cada cárcel.
Luego de la realización en 2010 de un Seminario Internacional, sobre el Rugby como herramienta del Trabajo Penitenciario se llego a la conclusión que la práctica de este deporte es útil en las cárceles porque exige y forma a las personas en virtudes humanas necesarias para la realización personal y la convivencia social. Quienes lo practican, adquieren la capacidad de seguir una actividad lúdica reglada, en la que el grupo es más importante que el individuo y en la que podrán soltar su adrenalina, pero, al mismo tiempo, deberán ejercer el autocontrol conforme a reglas, respetando siempre a los demás. De esta forma, cuanto mayor es el control, mayor es el potencial de modificación de conductas.
En las cárceles donde se ha implementado el programa, han logrado disminuir hechos de violencia y consumo de drogas, se evidenciaron mejoras en la conducta en internos conflictivos, mejoras en la alimentación, sueño y salud, mayor tranquilidad, respeto, cambios positivos en el lenguaje, deseos de superación personal, tolerancia a la adversidad, entre otros.
Luego de un enriquecedor juego, los rugbiers participaron del tercer tiempo, donde compartieron experiencias y un momento de alta camaradería deportiva, quedando en evidencia, que este deporte es un medio efectivo para visualizar cambios de conducta individuales y colectivos, que favorecen la calidad de vida, de aquellos que lo practican.