Internas se capacitan en la elaboración de broches

Los Hornos, 28/09/18.  Un grupo de mujeres alojadas en la Unidad 8, asisten a un taller de confección de broches en el marco de las estrategias tratamentales de capacitación que promueve el Servicio Penitenciario Bonaerense como una herramienta de inclusión laboral que permite salirse de la marginalidad y -una vez en libertad- reducir los índices de reincidencia.

 

La producción alcanzada por el trabajo de las internas es de 200 docenas de broches quincenales y la actividad se enmarca en la Ley 11.046 de Trabajos Penitenciarios Especiales, cuyo objetivo es que la persona privada de libertad introduzca pautas de trabajo que le den la magnitud de estar incorporado al mercado productivo, con un reconocimiento remunerativo.

El Jefe del Departamento Regional de Cultura Laboral, de la Dirección de Trabajo, Gonzalo Duarte, es quien se vincula para poder gestionar acuerdos y/o contratos con empresas privadas que apuesten a generar oportunidades productivas en contextos de encierro y los proyectos específicos para la Unidad 8 los desarrolla junto a su compañera de equipo, Sabrina Gaitán

 “Cada establecimiento –menciona Duarte- recibe de parte de la Empresa Che Broche las piezas de plástico inyectado y los ganchitos. Las operarias lo dividen por color, arman el producto y lo organizan por docenas, para finalmente preparar las cajas que se entregan a la empresa quien, después de ejercer un nuevo control de calidad, se ocupa del packaging”.  Otro eslabón de la cadena de producción es Sonia, suboficial de vasta experiencia en el Área de Talleres, que está en contacto directo con las trabajadoras. Supervisa la labor, diligencia necesidades y controla se cumplan los tiempos, la cantidad y sobre todo la calidad de la producción… “las internas bajan de sus lugares de alojamiento al sector de los talleres en el horario de 8 a 18 hs. Durante esa carga horaria, asisten cursos de formación profesional destinados a capacitarlas laboralmente y además trabajan en el armado de los broches,” expresa. “En estos momentos, se están confeccionando unas 30 cajas  cada 15 días que contienen entre 150 a 200 docenas y lo estamos logrando con 4  trabajadoras ya que eran 6 pero dos se fueron en libertad”. 

Cabe destacar que la producción de armado de broches se viene desarrollando en 7 dependencias penitenciarias de Olmos, Magdalena, Campana y las dos Unidades de Los Hornos, desde diciembre de 2017. 

Con lo recaudado en el Fondo de la Cuenta Especial, se paga a las trabajadoras, y –de ser necesario- se adquieren materiales técnicos, materias primas, herramientas necesarias y/o se contrata personal técnico específico, según cada acuerdo particular.

María Isabel está detenida desde hace dos años. Estando en libertad -allá por el año 2013- transitó un cáncer de mamas por el que fue operada. Años antes, cuando murió su mamá en el ´97, se le despertó la hipertensión que después de varios cataterismos, la acompaña hasta hoy. “Tengo una salud muy delicada (reconoce) y acá da más trabajo mantener las defensas altas, por el estrés…”.  A través de su relato, se vislumbra que viene de una familia pobre pero muy trabajadora. “Acá adentro hice muchos cursos de formación profesional. He trabajado como modista, haciendo dulces y ahora con la fábrica de broches. El trabajo me despeja la mente y así mantengo mi salud en mejor estado”.  

Este testimonio podría haber sido el de muchas otras internas alojadas en la Unidad 8 de Los Hornos que acceden, a través del trabajo, a otra calidad de vida.

En conclusión, tanto para los recursos humanos del sistema penitenciario como para los sujetos privados de la libertad, el trabajo se transforma en un espacio de realización personal donde comprobamos que podemos sentirnos útiles, modificar nuestras conductas y mejorar la calidad de vida de todos. En palabras de Diderot, filósofo Frances, “el trabajo tiene, entre otras ventajas, la de acortar los días y alargar la vida”.  

U8/RG

 

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