Un taller que combina box y literatura para internas de la Unidad 8

Los Hornos, 15/01/19.- En una propuesta que combina la literatura y el boxeo, las internas de la Unidad 8 de Los Hornos se suman a una novedosa práctica deportiva, recreativa y cultural.

 

Esa fusión de pasiones que sintió Julio Cortázar al poder mezclar dos géneros como el arte del boxeo y la escritura es parte de la misma alquimia que se genera en la actividad que impulsa el taller “Espacio Joven” en el penal que dirige Norma Díaz.

De la mano de Pamela Marruedo, profesora del área de Deportes de la Unidad, nació el proyecto de organizar la actividad de boxeo pensada, en un principio, para las internas más jóvenes. La disciplina del box garantiza el desarrollo integral del ser colaborando con los procesos físicos, mentales y emocionales. A su vez, ayuda al desarrollo de las funciones motrices y aporta un gran aprendizaje en el control de las emociones.

El instructor es Daniel Zambaglione, maestro de escuela, profesor de Educación Física, docente universitario de la UNLP. Actualmente, está cursando un doctorado en Comunicación en el que desarrolla su tesis sobre “El cuerpo y la educación física en contextos de encierro”. Zambaglione, un ser solidario, comprometido con los más vulnerables, que siempre estuvo en contacto con el trabajo en cárceles, propone sumar al entrenamiento un espacio de reflexión en el que cada interna pueda compartir una poesía, un cuento, un relato de su propia autoría, o de algún autor popular.

“La lectura de poemas o cuentos sensibiliza y da lugar a la expresión de emociones que de otra manera no necesariamente sucede. Las pibas escriben sobre situaciones que han marcado su vida, sobre el amor y el desamor. Ahora, una de ellas escribió una milonga, otra un rap”, contó el docente.

Al finalizar el ejercicio físico, se da lugar al momento de relax donde se es permeable a la energía que entró en movimiento por el entrenamiento. “Es el espacio donde se comparte algo para comer, para tomar y se participa de la palabra, a través de la voz y de la escucha”, añadió Daniel.

Creer que el box es aprender técnicas para la violencia, es un error. Se enseñan cuestiones deportivas en las que se deja en claro las reglas que lo rigen. Son muchos los deportes donde, si uno es mal intencionado, puede ejercer violencia sobre el otro, aquí el desafío es acercar a quienes se alejaron de las normas.

Las privadas de libertad no solo incorporan el sacar su ira con la bolsa y establecer una descarga de energía en forma positiva, sino que, además, canalizan sus emociones y las pueden nombrar. Le dan voz al sentir, en el espacio de la palabra, se conectan con sus sombras para iluminarlas y ser más libres que ayer.

La actividad de box empezó con 8 internas y por la dinámica que propuso el taller se fueron sumando cada miércoles más mujeres. Hoy, el número asciende a casi treinta personas que se encuentran en ese lugar de contención donde cada experiencia personal, en el sinuoso camino de la vida, cobra valor.

Lo deportivo es la herramienta tratamental utilizada como excusa para inculcar valores humanos, compañerismo, solidaridad, respeto mutuo. En definitiva, amor por el otro, la única forma de ganar el round.

Prensa U8/MTD



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