La Selección Nacional tiene una arquera penitenciaria

La Plata, 11/12/14 Leticia Reichman tiene 32 años, desde muy pequeña juega al fútbol en la posición de arquera en la Liga amateurs platense. Hace un poco más de un año lo hace profesionalmente en el Club Estudiantes de La Plata.


Hizo la carrera penitenciaria y es oficial del Servicio Penitenciario desde el año 2001. Actualmente trabaja en la Unidad 25 de Olmos como coordinadora docente.

Hace menos de un mes fue convocada para entrenar con el Seleccionado Nacional de Fútbol Femenino, dirigido por el ex campeón mundial Julio “el vasco” Olarticoechea.

Leticia es una de las más grandes del grupo de mujeres que viste la camiseta nacional, entrena tres veces por semana en el predio de Ezeiza y dice que es la única de un club platense, la mayoría de las jugadoras pertenecen a los clubes, Boca Juniors, River Plate, San Lorenzo de Almagro y la UAI (Universidad Abierta Interamericana).

En el country Club de Estudiantes de la Plata entrena de martes a viernes y los partidos son por lo general los domingos, hoy están 5° en la tabla de posiciones con 25 puntos, y con una valla vencida con 15 tantos y 7 partidos mantuvo el arco en cero. Queda sólo una fecha para finalizar el torneo local.

La convocatoria al Seleccionado Nacional es porque su entrenador está probando jugadoras locales para los juegos panamericanos 2015.

Toda su carrera deportiva va a la par de su vocación penitenciaria, ya que trabaja en el SPB desde el 2001. Primero lo hizo en la Unidad 33 de mujeres donde trabajo 12 años y actualmente en la cárcel de Olmos N° 25.

En la Unidad 33 organizó un partido de fútbol entre las internas del cual participó, y ahora en la Unidad 25  también juega al fútbol con internos y el personal.

La arquera penitenciaria dice que tiene un pequeño club de fans dentro de la Unidad donde están pendientes de cada resultado, de cómo va en la tabla de posiciones y ahora con la convocatoria al Seleccionado Argentino.

Ama sus dos vocaciones profundamente y dedica todo su tiempo a éstas dos actividades, “es mucho esfuerzo, yo a diferencia de las otras mujeres que juegan en la selección o en los clubes, que son más jóvenes, tengo una vocación penitenciaria, no pretendo vivir del fútbol”.

Leticia dice que es la única jugadora que forma parte de una fuerza de seguridad y una de las más grandes por su posiscioópn. Las demás chicas estudian, tienen familia o pretenden vivir de éste deporte.

Reichman resalta la labor de su entrenador del Club pincharrata, Rubén Ayala: “mi preparador físico es excelente, yo igual me tengo que exigir el doble por mi edad y para tener la posibilidad de competir internacionalmente”.

Leticia sostiene que de sus dos profesiones la que más cuesta instalar en la sociedad es la de futbolista,  “la mujer siempre estuvo rezagada en el fútbol, aún en la sección, la mayor tiene mas prestigio y reconocimiento. El fútbol femenino siempre está un escalón hacia abajo".

Con respecto a su rol como penitenciaria expresó: “jamás sufrí un prejuicio dentro del SPB, al contrario mis compañeros y los internos juegan conmigo al fútbol, acá me alientan más que afuera”.

El sueño de Leticia es participar de los Juegos Panamericanos 2015, se entrena para ello y sus compañeros del penal la alientan con la misma emoción.

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