Continúa el Programa en Salud Social con colaboración de la Iglesia Universal en la Unidad 26
Lisandro Olmos, 24/06/25.- Se realizó en la Unidad 26 un nuevo encuentro del Programa en Salud Social para personas privadas de libertad del régimen abierto con la colaboración de integrantes de la Iglesia Universal.
El equipo de Intervención Psicosocial, conformado por la directora de Control de Gestión de Actividades Asistenciales y Tratamentales, Lic. Luciana Carta; por el jefe del Departamento de Intervención Estratégica, Op. en Psic. Social, Vanina Díaz; el Lic. en Psic. Mario Primón y el asistente social Hernán Menna, llegaron hasta el establecimiento que forma parte del Complejo Penitenciario Lisandro Olmos, para, en el marco del “Programa en Salud Social para prevenir la reincidencia y reiterancia”, trabajar con un grupo de personas privadas de libertad alojadas en el régimen abierto, los factores de riesgo y protección, motivación, necesidades criminógenas e identidad delictiva, abordando específicamente, el proyecto laboral.
En este sentido, la directora de la Unidad 26, Érica Pérez Cornelio; la subdirectora de Asistencia y Tratamiento, Ivana Spagnolo y su equipo de trabajo, acompañan el Programa en Salud Social, con cada propuesta realizada por el Equipo.
La Coordinadora del S.A.C. -Rocío Miralles, la Coordinadora de Régimen Abierto, Marcela Álvarez y el Coordinador de Inclusión Social, Matías Sosa asisten en cada encuentro trabajando junto al equipo, siendo partes necesarias en el proceso.
En esta oportunidad, además, se convocó a las señoras Georgina Domínguez, Aurora Temoche y Azul Biagini, quienes forman parte de la Iglesia Universal, con la finalidad de brindar una charla a los internos alojados en Régimen Abierto.
Los participantes del Programa, trabajaron en relación a la pronta libertad y salidas transitorias, apuntando a el “El valor que hay en mí", cómo enfrentar los problemas; la idealización de la libertad y autogenerar la oportunidad.
“Es importante que los participantes adquieran habilidades para su vida en libertad y enfrentar de manera adecuada las situaciones críticas. Se busca que desistan de la conducta delictiva, que opten por abandonar el estilo de vida antisocial y desarrollar caminos de vida socialmente aceptables, romper con los hábitos delictivos del pasado, tener conciencia de las consecuencias y riesgos que supone delinquir y relacionarse con redes de apoyo saludables”, expresó Luciana Carta.
LC/OJ