Misa concelebrada en la Unidad 37 de Bárker

Barker, 03/01/14 La comunidad católica de la Unidad 37 Barker, junto a las autoridades del establecimiento y curas párrocos de la región, celebraron el cierre del año dela Fe con una gran Misa Concelebrada.

 


En un acto organizado por el director de Unidad, José Luís Rodríguez y el Capellán de la cárcel, Cura Párroco José María  Quattrocchio, el establecimiento penitenciario fue el anfitrión del Padre Rafael Díaz de Benito Juárez y Padre Fabián Gerez de Tandil,  quienes acompañados por el Capellán de Unidad desarrollaron una misa concelebrada de la que participaron privados de libertad, empleados del SPB, vecinos de las comunidades de Villa Cacique y Barker, además de artistas destacados como Walter Gómez que, con sus cuentos y música cristiana, fue el responsable de animar la celebración.

Al momento de tomar la palabra, muy distendidamente el Padre Quattrocchio expresó: “estamos cerrando el Año de la Fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI, que comenzó el 11 de octubre de 2012 en conmemoración del 50 aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II y concluyó el 24 de noviembre de 2013, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Al anunciar el Año de la Fe, el Papa dijo que en este tiempo busca dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran en sus vidas y a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente”.


Se rezó por la paz en nuestra Patria, también se recorrieron los diferentes pabellones con el grupo pastoral que visita regularmente la cárcel, para que los internos pudieran saludar y tocar la imagen de la Virgen del Rosario de San Nicolás traída especialmente para este  evento y que se venera en la ciudad de Tandil en la Parroquia San Cayetano.


Los detenidos junto al sacerdote realizaron una oración por los privados de libertad y sus familias: "Señor Jesús tú siempre te mostraste amigo de los pequeños, de los pobres y de los excluidos: hasta el punto de querer pasar por la experiencia del preso: fuiste denunciado, detenido y apresado en la oscuridad de la noche, conducido a la cárcel y sometido a interrogatorios, insultos, burlas, malos tratos y torturas, juzgado sin las debidas garantías, condenado... y ejecutado como muchos a lo largo de la historia y también hoy. Tu amor te llevó a identificarte con ellos y a permanecer presente en ellos: estuve en la cárcel y viniste a verme. Ante este gesto tan desconcertante nos atrevemos a pedirte por las presas y presos de hoy”.

La Fe Católica, como otras religiones son muchas veces un canal muy valioso en los establecimientos carcelarios, porque a través de la Palabra de Dios los internos encuentran una salida a los momentos difíciles que deben pasar cumpliendo una condena; y en esta fecha en particular, celebraciones de estas características son una caricia al alma, la palabra justa, el consejo necesario, que ayuda al privado de  libertad a insertarse socialmente.

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