El Pabellón Literario de la Unidad 38 celebró el Día del Bibliotecario

Sierra Chica, 25/09/24.- Con diferentes actividades dentro del módulo en el que los internos participan del Programa Pabellones para la Libertad en la Unidad 38 Sierra Chica celebraron el Día del Bibliotecario que, en Argentina, se conmemora cada 13 de septiembre. 

 

Franco y Alejandro acomodan libros, seleccionan textos para el taller de alfabetización, organizan otros para la biblioteca móvil y dicen que les queda poco espacio, que deben reorganizarse.

Ahora, con una PC recientemente entregada por la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO), gracias a la gestión de la directora de Educación en Contexto de Encierro, Julia Lescano, y con una biblioteca más, que fue confeccionada en el Sector Talleres del penal, los espacios lucen coloridos y durante todo el día se pueden consultar los libros que deseen.

“En octubre cumplimos dos años como pabellón literario. Antes, este era un lugar oscuro, desde la iluminación hasta los dibujos y la pintura de las paredes. Ahora cambió”, comentó Franco.

Los libros que ocupan los estantes de las bibliotecas son producto de donaciones de vecinos, del Programa Pabellones Literarios Para la Libertad, de varios de los establecimientos educativos, algunos de Ediciones Bonaerenses y otros del Departamento Donaciones de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.

“Nuestro trabajo acá es organizar, tener todo ordenado, conocer algunos términos de la profesión como tejuelo, clasificación, catalogación, usuarios, préstamos y devoluciones”, explicó Alejandro.

Desde la instalación de la Biblioteca “Encaminando Mentes”, el Pabellón Literario N° 12 comenzó a ser más visibilizado. Sus integrantes lograron construir en torno a la biblioteca y sus talleres de lectura, charlas y escritura, un espacio que no tardó en repercutir en el resto de la población carcelaria de la Unidad 38.

Actualmente, existen cuatro pabellones más que han instalado sus bibliotecas con el asesoramiento de Alejandro y Franco y hoy tienen su espacio para la lectura.

“Es que ser bibliotecario, creo que también es un poco eso”, dijo Franco con un dejo de vergüenza y continuó: “Tratar de contagiar en los demás el hábito de leer o la curiosidad por lo que contiene un libro”.

“Y no nos está yendo tan mal. Hoy tenemos en nuestros estantes alrededor de 500 libros de poesía, cuentos, novelas, historia, religión, derecho e infantiles. Hemos crecido mucho”, agregó Alejandro.

El acceso a la información y la educación son derechos que no deben vulnerarse en ningún contexto. Las bibliotecas y por consiguiente, sus referentes bibliotecarios, tienn la misión de facilitar estos derechos para construir ciudadanía, potenciar el pensamiento crítico y generar igualdad.

GP/MTD

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