Corazón Navideño: la historia del penitenciario que es Papá Noel

Sierra Chica, 09/01/19.- Se llama Jonathan Bohn y trabaja en la Unidad 38 de Sierra Chica. Desde hace tres años, minutos después del brindis de navidad se sube a su bicicleta disfrazado de Papá Noel para repartir por las calles de Sierra Chica regalitos y caramelos a los chicos y chicas de la zona.

 

El joven tiene 26 años y contar como surgió esta idea lo emociona. Apostado en el puesto 8, sin desentenderse en sus tareas, cuenta la infancia dura que le tocó vivir y el acompañamiento incondicional de su madre en todas sus decisiones. “Un día estaba en mi casa y le dije a mi mamá que quería disfrazarme y darles a los niños algo para que tengan una sonrisa. Enseguida mi mamá se las ingenió y me hizo el traje de Papá Noel”, contó Jonathan.

Apoyado por su familia, primos, amigos y su novia, Jonathan es esperado por los peques. El ha sabido construir una tradición que poco a poco va pintando las noches navideñas de la región de las cárceles y del granito rojo en momentos distintos dónde los deseos se pueden cumplir.

“Yo sé que todo llega” afirma “y lo que das lo recibís”. Actualmente reparte alrededor de 200 bolsitas con presentes. “Yo me subo en la bici con un cencerro y atrás en auto me siguen mis familiares tocando bocina y alcanzándome bolsitas con sorpresitas cuando me quedo sin provisiones” explica Bohn quien sostiene y defiende esta idea suya, por lo que no acepta donaciones de ningún sector. “Esto es algo mío, una manera de retribuir, dar y por supuesto que no falte. Yo me llevo un abrazo, una sonrisa y cuando todo termina llego a casa y le digo a mi mamá: misión cumplida”.

 

MV/MG

 

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