Toma fuerza un nuevo equipo de rugby femenino en la Unidad 47

San Isidro, 11/05/17. Inspiradas en el consolidado equipo de rugby vecino, en la Unidad 47 de San Martín nacieron las “Espartanas”. Cada semana, privadas de libertad entrenan para convertirse en el primer equipo de rugby femenino surgido dentro de una cárcel bonaerense.

 

“Nuestro proyecto comenzó en noviembre del año pasado. Soy jugadora de rugby y tenía ganas de replicar los valores del deporte en algún ámbito en el que se necesitara. De casualidad, me contacté con Pablo, tesorero de la Fundación Espartanos, y fue ahí donde surgió la idea”, relató la entrenadora del equipo carcelario, Carolina Dunn.

“Espartanas” es un grupo compuesto por entre 15 y 20 mujeres. Cada lunes, en el patio del pabellón número uno de la dependencia penitenciaria, se reúnen para entrenar. La parte específica del deporte está a cargo de Carolina, mientras que lo físico se reparte entre Ignacio Morganti, preparador de infantiles del Belgrano Athletic Club, y la profesora en Educación Física, Sofía Olmos Gil. Además, voluntarios de la Fundación Espartanos colaboran con el proyecto.

Las internas coinciden en los beneficios que aporta la práctica con la ovalada. “Más allá de los cambios físicos que notamos, hubo grandes diferencias en nuestras relaciones. Ahora nos sentimos más unidas y, cada día, aprendemos que existen otras formas de socializarse. Hablamos mucho de los valores del rugby y, a partir de las reglas del juego, incorporamos nuevas normas de convivencia”, relató Yésica.

Respecto al deporte, los docentes cuentan que comenzaron con actividades simples y dinámicas para, luego, complejizarlas. En este sentido, Carolina comentó: “Fuimos incorporando pases y contacto físico, paulatinamente, hasta que se acostumbraron a los golpes lógicos y lícitos del rugby”

Más allá de que el deporte sea el leitmotiv que une a estas mujeres privadas de libertad, se armó un sólido grupo que, también, se reúne semanalmente para ejercitarse a través del yoga y dialogar con psicólogos, abogados, trabajadores sociales, entre otros profesionales. “Se armó un grupo muy unido. Hoy, nos cuidamos entre nosotras”, contó Paola, una de las internas.

Si bien la entrenadora sueña con un equipo que pueda disputar partidos intercarcelarios y extramuros, su deseo más profundo es que puedan experimentar un sentido de pertenencia al grupo que, de cara a la resocialización, les permita hallar un mejor futuro. 

MTD

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