La historia de Damián: el segundo Sociólogo recibido en contexto de encierro

San Martín, 16/12/15 Con la presentación de la tesina titulada “El mundo evangélico en la cárcel”, Damián Rosas se graduó de Licenciado en Sociología, egresado de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

 

Luego de cursar sus estudios encontrándose privado de la libertad en el Centro Universitario de San Martín (CUSAM), dependiente de la UNSAM con sede en las instalaciones de la Unidad 48, y presentar su tesina como instancia final, Damián se convirtió en el segundo interno en lograr este título. La primera experiencia de este tipo tuvo como protagonista a Martín Maduri, primer egresado del CUSAM en la cárcel.

Esta vez fue el turno de Rosas de concurrir al campus de la UNSAM el lunes 14 de diciembre para exponer su tesina de manera pública, que consiste en un estudio etnográfico sobre un pabellón evangélico de la Unidad Penitenciaria N° 48 de San Martín, trabajo final que aprobó con un “10 Sobresaliente”, según él expresó, orgulloso y emocionado.  

La presentación, que el interno acompañó con un powerpoint, contó con la presencia de alumnos, docentes y autoridades de la universidad y sus familiares, que aplaudieron y abrazaron al flamante egresado y festejaron el momento de recibida.

La UNSAM en la cárcel es una experiencia inclusiva e integradora de características inéditas en donde agentes penitenciarios e internos estudian juntos, además de Licenciatura en Sociología pueden realizar la Licenciatura en Trabajo Social.

 

“La educación siempre es una buena opción para cambiar la realidad”

Damián Rosas tiene 35 años y una hija de once, y luego de cumplir los 30 se dio cuenta que debía dar un vuelco positivo a su vida que  por muchos años había tomado el camino equivocado y lo había convertido en un “reincidente” en la jerga carcelaria.

En el año 2010 decidió aprovechar “la oportunidad” que la vida, la Universidad de San Martín y el sistema penitenciario ponían delante de sí. Fue entonces cuando se inscribió y comenzó a recorrer el derrotero de las 32 materias que lo separaban de un título universitario que antes ni siquiera había soñado.

Damián cuenta que realizó sus estudios primarios en la Escuela N° 150 “Alejandro Petión” y el secundario en la Escuela de Educación Media N° 21 siempre en Ciudad Evita, La Matanza. “Cuando terminé el secundario tenía ganas de estudiar Radiología –cuenta- pero las cosas estaban difíciles y tuve que empezar a trabajar”.

“Después, errores de la vida me llevaron por el camino equivocado y terminé en esta situación en una cárcel, viví errado durante mucho tiempo pero por suerte dos alternativas me cambiaron el destino, una es que soy cristiano y eso me ayudó a ver con más claridad las cosas y lo otro fue encontrarme con la universidad dentro de la cárcel, el trabajo que hace el CUSAM dentro de esta unidad es algo impresionante y muy valorable, no solo porque nos permiten las cursadas presenciales sin salir del establecimiento sino también porque el nivel de los profesores es muy bueno, son los mismos profesores que dan clases en la universidad afuera y eso nos da mucha tranquilidad y un muy buen nivel”.

“El hecho de que aquí en la cárcel haya un Pabellón Evangélico me facilitó mucho el trabajo de campo para la investigación”, dice. “En diciembre de 2014 terminé todas las cursadas y durante este año me dediqué al trabajo de tesis, debo agradecer a las autoridades de la unidad porque si bien yo vivo en el Pabellón Universitario, me permitían todos los días ingresar al Pabellón Evangélico para profundizar en mi elaboración de la tesis”.

“La tesis se basa en el mundo evangélico en la cárcel, los ejes del trabajo son: la religión y la cárcel, la tesis propone investigar cómo se configura la práctica espiritual y la forma de sociabilizar al interno de un pabellón con estas características, y el sentido que le atribuyen estos actores a dichas prácticas”.

Rosas trabajaba en la unidad dentro del CUSAM en la parte administrativa, esa experiencia y su buen concepto le permitió obtener el beneficio otorgado por la justicia para salir a trabajar de lunes a viernes desde las 8 hasta las 19 en la Universidad de San Martín donde cumple funciones también en el área administrativa – no docente, y ya ha sido efectivizado y “hasta tengo obra social”, cuenta orgulloso y muy feliz.

“El lunes, cuando fui a defender mi trabajo final de tesis- relata- estaba el Decano del IDAES y me dio una gran noticia, me dijo que tuvieron en cuenta mi petición para seguir estudiando y que como premio por mi dedicación y esfuerzo me becaron para continuar en marzo con una Maestría, estoy muy contento y aun no me decidí si hacerla en Antropología Social o Sociología Económica”.

Damián Rosas dice que él tuvo una gran oportunidad y no la desaprovechó e insta o otras personas en su misma situación a tomar el mismo camino. “Dicen que el estudio te abre la cabeza, y es cierto,  pero va mucho más allá de eso, la educación siempre es una buena opción para cambiar la realidad, a mi me la cambió y mucho, si todo sigue bien, quizás en septiembre u octubre de este año esté en libertad y ya con un título, trabajo y mejores posibilidades para mi vida”.




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