Internos carpinteros y solidarios
Florencio Varela, 13/07/22.- Un grupo de personas privadas de la libertad alojadas en la Unidad 23 de Florencio Varela fabricó sillas, mesas y juegos infantiles para donar a un comedor infantil de la localidad de Bernal oeste, al tiempo que aprenden el oficio de carpinteros y se preparan para que sea una salida laboral cuando recuperen la libertad.
La iniciativa fue parte de un trabajo mancomunado entre el Servicio Penitenciario Bonaerense, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Municipio de Quilmes, que coordinaron acciones para que los internos carpinteros tengan materiales, herramientas y un espacio físico para poder desempeñar, aprender, enseñar y perfeccionarse en este oficio.
El trabajo llevó varias semanas de arduo trabajo en las que nueve privados de la libertad luego de recibir las tarimbas (palets) los lijaron y cortaron para poder construir luego las sillas, mesas y juegos infantiles, que tuvieron como destino el comedor de la Sociedad de Fomento Gabi 1°, ubicado en Bernal Oeste e integrante del Consejo Local de Niñez de Quilmes.
Emiliano tiene 40 años y es oriundo de Merlo, está transitando sus últimos meses en prisión y es desde hace tres años uno de los carpinteros profesionales que cada día trabaja en el taller y le enseña el oficio a compañeros más jóvenes “Nosotros lo que queremos es ayudar, eso es lo que más nos llena. Cuando nos mostraron las fotos y de los videos de los nenes pudiendo disfrutar de lo que hicimos nosotros acá lloramos y nos abrazamos, estamos haciendo algo útil y nos hace sentir muy bien, nos da más ganas de trabajar”.
Esta no es la primera donación que hacen y tampoco será la última “El año pasado les mandamos a los niños que viven en la Unidad 33 30 pizarroncitos y 15 avioncitos de madera que hicimos y después cuando ellos los recibieron nos mandaron un video que nos emocionó mucho, estaban jugando y disfrutando. Eso es lo que nos llena, ese es el fin de la carpintería”.
Emiliano contó que empezaron a armar la carpintería hace tres años, primero con pocas herramientas pero que gracias a donaciones y ayudas, así como aportes del Ministerio de Justicia y DDHH lograron equiparse “Nosotros no vendemos anda, pero a veces cuando nos encargan un trabajo para donar después nos acercan materiales, algunos nos traen una bolsa de clavos, cola vinílica o una lija y las maderas son tarimbas, con eso podemos armar un montón”.
Además de hacer cosas en la carpintería, los tres encargados les enseñan a otros internos el oficio “Cada día vienen algunos chicos y les enseñamos a usar una lijadora de banco que armamos con un motor viejo que nos donaron, también tenemos una cortadora hecha con otro motor, y queremos que los más chicos aprendan el oficio porque tal vez afuera no tuvieron oportunidad de aprender, acá hay chicos que robaron porque vivieron en la calle".
Sobre su historia, Emiliano contó que “Yo no tuve una familia, mi mamá murió cuando tenía 5 años y viví en la calle, comiendo de la basura, después me equivoqué y caí en el delito, pero acá dentro cuando pude estudiar cambié. El estudio y el trabajo te cambian y te hacen mejor persona, yo ahora quiero salir y poder trabajar de carpintero”.
Sobre el futuro los planes de los internos carpinteros incluyen más donaciones para instituciones que necesiten su ayuda, pero ya proyectan un futuro en libertad trabajando en un taller de carpinteria “tenemos una institución que nos puede donar máquinas para trabajar afuera pero estamos buscando un lugar con al Municipalidad de Quilmes para que eso pueda funcionar y que los que salgan de acá ya tengan trabajo, estamos trabajando para ver si lo conseguimos y podemos de ese modo reinsertarnos en la sociedad, que es lo que queremos”.
fi